sábado, 21 de febrero de 2015

 
 -AQUEL 14 de ABRIL del ’55-
Y esa era, de repente, nuestra hora señalada
simplemente, improvisada, que nos deparó el destino
mostrándonos el camino del inicio, hasta el mañana.
Sellando en aquel beso la promesa de un amor eterno
irrompible, verdadero y tan tierno como el agua ó el cielo
que nunca lastimara los puros sentimientos.
Y se dió lentamente, sin prisa y con ninguna pausa,
horas, días, semanas y decenios…
siempre con la familia, hijos, nietos y amigos
guardando la memoria en nuestros Silos
y evocando de a poco los momentos vividos
interminables mimos de nuestra vida mansa.
Ya más de medio siglo, aquel catorce,
reverbera caricias ancestrales
ornamentadas con los lujos filiales
que son ecos de aquel, el primer beso…
robado de unos labios celestiales
que nos conducen al éxtasis eterno.
JOTACET
Julio César Tagle 03 de mayo de 2011

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